CONCEPTO DE DISEÑO: REESCRIBIR SIN DESAPARECER

Sala de juego Casino Atlántico en A Coruña.

3 semanas para definir concepto, diseño, materiales y luz;
3 semanas para ejecutarlo sin fricción.
 Resultado: una metamorfosis radical.
 De un espacio en pausa a una experiencia donde todo fluye: juego, conversación y atmósfera.
Esto es interiorismo eficiente pensado para crear atmósferas al servicio del negocio y para las personas.


El rediseño del Casino Atlántico no se aborda como una tabula rasa, sino como un acto de escucha y reformulación. Una operación contenida pero ambiciosa, donde cada gesto responde a un diagnóstico claro: mejorar la atmósfera, alargar la permanencia, aumentar la rentabilidad del espacio... sin detener la actividad del lugar ni alterar su estructura esencial.

La transformación comienza por las envolventes. Las paredes, antes neutras o fragmentadas, se revisten ahora con vinilos decorativos de alta calidad en imitación madera. Esta nueva piel aporta calidez, coherencia y profundidad, redefiniendo la percepción del volumen sin necesidad de demolición ni obra húmeda. En puntos estratégicos, se introducen paneles con acabado mármol negro Marquina, aportando contraste, sofisticación y un sutil eco clásico al entorno.

El mobiliario ha sido completamente sustituido: sillones de líneas envolventes, tapicerías densas, mesas en materiales táctiles y resistentes. Cada pieza ha sido seleccionada no solo por su estética, sino por su capacidad de invitar al cuerpo a quedarse, a jugar una partida más, a dejarse llevar por el entorno. El confort ya no es un añadido: es el argumento principal.

Los antiguos trasdosados de yeso que ocultaban los pilares estructurales han sido eliminados, dejando paso a una lectura arquitectónica más honesta y expresiva. Ahora, estos pilares circulares se revisten con azulejos artesanales destonificados, vibrantes en su imperfección, y se retroiluminan mediante un sistema de luz cálida que nace en la base y culmina en un capitel cónico suavemente difuminado, casi como un halo.

La iluminación, cuidadosamente calibrada, esculpe los espacios con intención narrativa. No se limita a iluminar, sino que acompaña: marca zonas de juego, enfatiza recorridos, atenúa zonas de pausa y recoge reflejos dorados que evocan el imaginario del casino clásico con un lenguaje plenamente contemporáneo.

Todo se articula con precisión y sentido común. Una nueva moqueta ordena el plano horizontal con ritmo gráfico y absorción acústica. El pavimento vinílico azul desaparece, y en su lugar se introducen superficies cálidas, continuas, que refuerzan la unidad visual del conjunto.

El resultado no es un cambio de imagen: es una transformación emocional del espacio. El visitante no encuentra un casino nuevo, sino uno que ha despertado. Más elegante, más táctil, más escenográfico. Un lugar donde el confort invita, la luz seduce y el tiempo —por fin— parece jugar a favor.
— Imaisdé Design Studio
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